viernes, 27 de mayo de 2011

Anécdotas, chistes y lágrimas

Llega el plus de ese domingo electoral, hora toca hablar de esos momentillos libres entre votante y votante, donde el hambre y la necesidad de descansar el cerebro dejaron algunas divertidas anécdotas entre las cuales está la razón por la que la entrada de mi historia electoral se llamó como la llamé.


Empiezo por esa. Como algunos ya habéis adivinado la frase "Presidente de ésta nuestra mesa" viene de la serie "Aquí no hay quien viva", donde nombraban al presidente de la comunidad "Juan Cuesta" como "El presidente de ésta nuestra comunidad" y a una de las Interventoras, Natalia, una de la más guasona (en el buen sentido de la palabra) del grupillo, se le ocurrió la ingeniosa idea de cambiar la palabra comunidad por la palabra mesa, y desde ese momento, cada vez que iba a decir Presidente, decía "el presidente de ésta nuestra mesa".

Una votante, repito... unA votante, digamos que de unos 20 años de edad, cuando fue a ejercer su voto, y me dio su DNI, primero la nombraría por su primer apellido, luego segundo apellido y por último su nombre, no recuerdo todo muy bien, sólo me acuerdo que su primer apellido era Marcos, con lo cual, mi vocal había entendido que Marcos era su nombre, y... como no encontraba el nombre en el listado del censo, soltó una frasesita "a ese señor no lo encuentro aquí". La chica se dio cuenta, por lo cual me apresuré a decir, "No, es una chica", pero la chica, indignada, respondió "Se ve a distancia que soy una chica".

Los que estuvieron en la mesa no se podrán olvidar del mítico "bocadillo de pata", jajaja, tiene "miga" la cosa, jajaja, el hambre fue un enemigo fijo durante el día, y yo desde las 15:30 en adelante no había comido nada, pero mi madre me había traído un bocadillo de pata... y ya eran casi las 23:30 de la noche cuando algunos de los interventores empezaron a hablar de que habían comentado la posibilidad de una cena con paella y ropavieja. Yo tenía un hambre descomunal y tenía en mente el bocata de pata, mientras estaba contando los votos escuché el comentario, y, haciendo un inciso muy breve, dije... "no hablen de comida por favor ¬¬".

No todo fueron risas y fiestas, ya que ocurrió una desgracia, y es que, una de las interventoras de mi mesa (vecina y amiga de la familia) tuvo que dejar la mesa durante varias horas, aunque a la noche y bien tarde la noche volvió de nuevo a la mesa, la razón fue algo muy personal y a la vez muy importante, la razón es algo privado, por lo cual no la voy a comentar, pero desde esta entrada les doy mi apoyo a su familia, en especial a Sángeles, Saray y Judith (que sé que al menos Saray ha estado leyendo mi blog), pues lamento mucho lo ocurrido, ÁNIMO.

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