Hacer ejercicio aumenta nuestro optimismo, nuestra felicidad y nos ayuda a afrontar con más ganas la vida y nuestro día a día. Las razones de esta afirmación son razones físicas, psicológicas y químicas, como ahora voy a detallar.
Las razones químicas: La producción de endorfinas, que son proteínas que funcionan como neurotransmisores y son producidas por la glándula pituitaria y el hipotálamo durante el ejercicio físico (además de por otras causantes como la excitación, el dolor, el consumo de alimentos picantes o chocolate, el enamoramiento, recuerdos positivos, riendo, escuchando música y cuando tienes un orgasmo) que tienen el efecto analgésico y sensación de bienestar. Lo cual nos hace ser positivos, felices, nos alivian dolores, incluso, nos protegen contra virus y bacterias, (y esto lo contrasté con mi médico, él mismo me indicó que el estado anímico influye también muchísimo a la hora de enfermarte).

Las razones físicas: El ejercicio físico nos permite evadir el deterioro muscular esquelético y además hace que nos sintamos más ágiles y más vitales. También nos ayuda a alejarnos de la obesidad, que puede llevarnos a otros casos de dolencias y enfermedades.
Diversos estudios confirman que quienes hacen ejercicio durante un mínimo de dos horas a la semana mejoran su bienestar personal. (Sólo con 2 hora a la semana)
En resumidas cuentas, al hacer ejercicio nos ayudamos al hacernos más optimistas porque físicamente nos sentimos mejor, psicológicamente nos evadimos de nuestros problemas rutinarios, y si además lo hacemos en grupo… ¡Eso que nos llevamos!
¡TODOS A HACER DEPORTE!